Después de encarnar a Miguel Ángel Gael Parra, la contrafigura del personaje de Lasso en Nacer contigo (2012), Emmanuel Palomares (Valera, 1990) hizo sus maletas y partió rumbo a México e hizo casting en el Centro de Educación Artística de Televisa (CEA), donde fue seleccionado para formarse como intérprete.
“Soy un hombre de riesgos”, dice vía telefónica desde la capital de ese país sobre la decisión de probar suerte afuera. La aventura bien valió la pena, ya que el histrión cuenta que fue graduado en dos años y no en tres, como estaba previsto, y fue elegido el Mejor actor de su promoción. Hoy, tiene un contrato de exclusividad con el titán de las telenovelas y su trabajo puede verse en Corazón que miente, dramático que en el país transmite la señal por suscripción el Canal de las estrellas.
–¿La televisión mexicana es tan cerrada, tan competitiva como la pintan?
–En general, la carrera no es sencilla, intervienen muchos factores externos que a veces no dependen de uno. Yo soy disciplinado y me gusta trabajar duro y la combinación de esas dos cosas siempre va a tener resultados, solo hay que tener paciencia, nunca hay que parar de trabajar, hay que entregarse a lo que estás haciendo, enfocarte, tener objetivos muy claros y después de un buen tiempo vas a ver resultados.
–Para mí el físico, cuidarme, ir al gimnasio es salud, siempre lo he visto así. Me gusta hacer ejercicio, es mi manera de drenar, de liberar estrés, es otra disciplina, un hábito que creé en mi vida. Es bueno estar sano y sentirte bien contigo mismo, cómodo con tu cuerpo. Si es factor para abrirse paso en los medios o no, yo no sabría decírtelo, pero pienso que hay que estar preparado en todos los aspectos. Yo he tratado de prepararme en todos los aspectos para que me pase lo que me está pasando ahora, que me han salido tantas oportunidades y estoy viendo los frutos de tanto trabajo.
–¿Qué ha sido lo más difícil de hacer carrera en otro país?
–Dejar a mi familia en Venezuela. Dejar mi país fue muy difícil, dejar a mi gente porque aunque yo estaba en Caracas y mi familia en Valera yo podía agarrar un avión el fin de semana para ir a verlos y ahora estoy en otro país y no puedo hacerlo y me pega porque para mí la familia es parte fundamental. Te puede ir bien en el trabajo, pero si no tienes con quien compartirlo con tu mamá, con tu papá, con tus hermanos, con tu sangre... Es la parte complicada de esta chamba.
–Otro de los mayores obstáculos que me tocó enfrentar fue el acento. Tuve que poner mucha atención, dedicarle bastante tiempo a mis clases y a las lecturas para neutralizar mi acento para que me empezaran a dar personajes ya mexicanos.
–¿Cómo describes a Lisandro, el papel que interpretas en Corazón que miente?
–Lisandro Moliner es un abogado que trabaja para su papá en el bufete más importante de Puebla, pero él y su hermana han sido controlados toda su vida por sus papás. Su familia es una apariencia total, tú la ves y dices: ‘es perfecta’, pero por dentro está destruida. Él guarda un secreto, tiene muchos conflictos internos que en el transcurso de la historia empiezan a revelarse. Es un personaje muy interesante, para mí ha sido un reto muy importante, probablemente el más importante de mi carrera, tiene muchos matices, mucha profundidad, exige un nivel actoral y mucha dedicación. Me halaga que me hayan dado esta responsabilidad porque siento que se dieron cuenta que podía hacer este tipo de personaje y estoy muy contento. En mi Twitter, @Emmanuel13PM, y en mi Instagram, @EmmanuelPalomares, recibo comentarios maravillosos de gente que ve la novela en Venezuela y en otros países.
–¿Sueña con convertirse en el próximo Fernando Colunga de la televisión mexicana?
–Yo lo que quiero es seguir trabajando y seguir interpretando personajes. Me apasiona la actuación y quiero personajes que me saquen de mi zona de confort. Quiero personajes que me exijan y seguir aprendiendo y seguir nutriéndome. Me encantaría seguir teniendo la oportunidad de trabajar al lado de figuras tan reconocidas como con las que trabajo en Corazón que miente. Cada carrera es diferente y cada quien construye la suya.
–Yo me formé como profesional en Venezuela. Soñaba con trabajar en mi país, crecí viendo la televisión en Venezuela y tuve la oportunidad de hacerlo, un breve tiempo, pero lo hice. Me hubiese gustado haber trabajado con las figuras más reconocidas del país. Allá hay mucho talento, pero la situación de Venezuela obliga a los actores a buscar futuro en otro lugar. La televisión nacional ya no es la misma, así como muchas otras situaciones, entonces me tocó salir y venir a México a luchar aquí y a buscar mis sueños y mis objetivos, pero me hubiese encantado hacerlo en Venezuela.
–¿Le gustaría hacer cine?
–Me encantaría hacer cine. Espero que se me de la oportunidad. En teatro también tengo varias propuestas y estoy viendo qué es lo que sigue después de Corazón que miente.
–¿Cuál siente que ha sido el mayor cambio que ha experimentado como actor desde su participación en Nacer contigo?
–Me gusta aprender y nutrirme todos los días, aprender algo nuevo. Hice Nacer contigo cuando tenía 21 y ahora tengo 26. He seguido tomando clases, preparándome en distintas cosas, madurando en muchos aspectos, así que siento que he evolucionado y que hay un cambio radical entre lo que hacía en Venezuela y lo que hago ahora y espero que de aquí a cinco, 10 años, poder decirte lo mismo.
“Soy un hombre de riesgos”, dice vía telefónica desde la capital de ese país sobre la decisión de probar suerte afuera. La aventura bien valió la pena, ya que el histrión cuenta que fue graduado en dos años y no en tres, como estaba previsto, y fue elegido el Mejor actor de su promoción. Hoy, tiene un contrato de exclusividad con el titán de las telenovelas y su trabajo puede verse en Corazón que miente, dramático que en el país transmite la señal por suscripción el Canal de las estrellas.
–¿La televisión mexicana es tan cerrada, tan competitiva como la pintan?
–En general, la carrera no es sencilla, intervienen muchos factores externos que a veces no dependen de uno. Yo soy disciplinado y me gusta trabajar duro y la combinación de esas dos cosas siempre va a tener resultados, solo hay que tener paciencia, nunca hay que parar de trabajar, hay que entregarse a lo que estás haciendo, enfocarte, tener objetivos muy claros y después de un buen tiempo vas a ver resultados.
"Yo he tratado de prepararme en todos los aspectos para que me pase lo que me está pasando ahora"–Además del talento, ¿cree que el físico es un factor determinante para poder abrirse paso en los medios?
–Para mí el físico, cuidarme, ir al gimnasio es salud, siempre lo he visto así. Me gusta hacer ejercicio, es mi manera de drenar, de liberar estrés, es otra disciplina, un hábito que creé en mi vida. Es bueno estar sano y sentirte bien contigo mismo, cómodo con tu cuerpo. Si es factor para abrirse paso en los medios o no, yo no sabría decírtelo, pero pienso que hay que estar preparado en todos los aspectos. Yo he tratado de prepararme en todos los aspectos para que me pase lo que me está pasando ahora, que me han salido tantas oportunidades y estoy viendo los frutos de tanto trabajo.
–¿Qué ha sido lo más difícil de hacer carrera en otro país?
–Dejar a mi familia en Venezuela. Dejar mi país fue muy difícil, dejar a mi gente porque aunque yo estaba en Caracas y mi familia en Valera yo podía agarrar un avión el fin de semana para ir a verlos y ahora estoy en otro país y no puedo hacerlo y me pega porque para mí la familia es parte fundamental. Te puede ir bien en el trabajo, pero si no tienes con quien compartirlo con tu mamá, con tu papá, con tus hermanos, con tu sangre... Es la parte complicada de esta chamba.
–Otro de los mayores obstáculos que me tocó enfrentar fue el acento. Tuve que poner mucha atención, dedicarle bastante tiempo a mis clases y a las lecturas para neutralizar mi acento para que me empezaran a dar personajes ya mexicanos.
–¿Cómo describes a Lisandro, el papel que interpretas en Corazón que miente?
–Lisandro Moliner es un abogado que trabaja para su papá en el bufete más importante de Puebla, pero él y su hermana han sido controlados toda su vida por sus papás. Su familia es una apariencia total, tú la ves y dices: ‘es perfecta’, pero por dentro está destruida. Él guarda un secreto, tiene muchos conflictos internos que en el transcurso de la historia empiezan a revelarse. Es un personaje muy interesante, para mí ha sido un reto muy importante, probablemente el más importante de mi carrera, tiene muchos matices, mucha profundidad, exige un nivel actoral y mucha dedicación. Me halaga que me hayan dado esta responsabilidad porque siento que se dieron cuenta que podía hacer este tipo de personaje y estoy muy contento. En mi Twitter, @Emmanuel13PM, y en mi Instagram, @EmmanuelPalomares, recibo comentarios maravillosos de gente que ve la novela en Venezuela y en otros países.
–¿Sueña con convertirse en el próximo Fernando Colunga de la televisión mexicana?
–Yo lo que quiero es seguir trabajando y seguir interpretando personajes. Me apasiona la actuación y quiero personajes que me saquen de mi zona de confort. Quiero personajes que me exijan y seguir aprendiendo y seguir nutriéndome. Me encantaría seguir teniendo la oportunidad de trabajar al lado de figuras tan reconocidas como con las que trabajo en Corazón que miente. Cada carrera es diferente y cada quien construye la suya.
"La situación de Venezuela obliga a los actores a buscar futuro en otro lugar"–Ante la grave crisis de la telenovela y del país, ¿a los actores no les queda otra opción que emigrar a otras fronteras?
–Yo me formé como profesional en Venezuela. Soñaba con trabajar en mi país, crecí viendo la televisión en Venezuela y tuve la oportunidad de hacerlo, un breve tiempo, pero lo hice. Me hubiese gustado haber trabajado con las figuras más reconocidas del país. Allá hay mucho talento, pero la situación de Venezuela obliga a los actores a buscar futuro en otro lugar. La televisión nacional ya no es la misma, así como muchas otras situaciones, entonces me tocó salir y venir a México a luchar aquí y a buscar mis sueños y mis objetivos, pero me hubiese encantado hacerlo en Venezuela.
–¿Le gustaría hacer cine?
–Me encantaría hacer cine. Espero que se me de la oportunidad. En teatro también tengo varias propuestas y estoy viendo qué es lo que sigue después de Corazón que miente.
–¿Cuál siente que ha sido el mayor cambio que ha experimentado como actor desde su participación en Nacer contigo?
–Me gusta aprender y nutrirme todos los días, aprender algo nuevo. Hice Nacer contigo cuando tenía 21 y ahora tengo 26. He seguido tomando clases, preparándome en distintas cosas, madurando en muchos aspectos, así que siento que he evolucionado y que hay un cambio radical entre lo que hacía en Venezuela y lo que hago ahora y espero que de aquí a cinco, 10 años, poder decirte lo mismo.
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